Seguros para televisores
¿Estás pensando en adquirir un nuevo televisor o en sustituir uno antiguo? Cada vez hay televisores más impresionantes en el mercado, que nos acercan muchísimo a la experiencia del cine… aunque tanta tecnología tiene un coste.
Pero, ¿y si tras gastarnos una gran suma de dinero en una tele nueva se nos cae accidentalmente al suelo? Bueno, para cubrir ese tipo de situaciones surgieron los seguros para televisores, y a continuación vamos a analizar si tiene sentido contratarlos o no.
Contratar un seguro para la televisión
Realmente es un placer estrenar una nueva pantalla, con un salto en tamaño, funcionalidades y calidad de imagen. Sin embargo, el punto negativo que tienen los nuevos modelos de televisores es que también son mucho más delicados.
Estas teles de LED cada vez llevan más tecnología en su interior, son más grandes, más finas, con marcos más pequeños (o inexistentes) e, inexplicablemente, con bases más inestables. Casi parecen diseñadas para romperse al menor roce.
Por esta razón, rara es la tienda de electrodomésticos que, cuando compras un televisor nuevo, no te ofrece un seguro especializado para la televisión. Recientemente, este tipo de servicios se ha popularizado y se utilizan mucho para proteger no sólo televisores, sino también smartphones, tabletas, consolas y casi cualquier aparato que puedas imaginar.
El motivo por el cual esto es así es que, cuando uno realiza una inversión de cierto importe en un dispositivo tecnológico, no desea perderlo por un descuido.
Sin embargo, no hay que confundir estos seguros para televisores (específicos) con las pólizas tradicionales. Ya estuvimos tratando sobre si el seguro de hogar cubría la rotura de la televisión, y la cosa pintaba regular tirando a mal. Salvo que tuvieras contratada una cobertura Todo Riesgo Tecnológico o Todo Riesgo Accidental, que no son baratas, no te cubren nada.
Los expertos recomiendan la contratación de seguros concretos sobre aquellas cosas que nos interese proteger especialmente. Por regla general, aglutinar distintos productos aseguradores en packs no suele dar como resultado una buena protección. Por eso, si te preocupa tu tele nueva, lo ideal es que cuente con su propio seguro.
¿Merece la pena contratar un seguro para el televisor?
Imagina que te compras un flamante televisor LED de 70 pulgadas con lo mejor de lo mejor en tecnología. Te ha costado una pasta. La televisión es tan smart que casi es más lista que tú, y tiene un manual de instrucciones que parece la biblia en arameo.
Entonces, para que luzca, decides colgarla en la pared, pero algo no sale como debe, y al día siguiente se suelta del soporte y acaba precipitándose al suelo. Ahora tu nueva tele de 70 pulgadas se ha dividido en un trozo de 30 y otro de 40, pero ya no es tan smart.
Situaciones como estas ocurren más de lo que te piensas. Y si habías hecho una inversión de 1.500 €, pues los acabas de perder en un instante. Esto tan solo es un pequeño ejemplo de las muchas cosas que le pueden suceder a un televisor nuevo. Por suerte, este tipo de cosas tienen arreglo con un seguro para televisores.
Existen productos aseguradores específicos que, desde tan sólo 4,95 € al mes, pueden hacer que un accidente fatal como el anterior quede en una mera anécdota. Por supuesto, cuanto mayor sea el coste de tu televisor, más interesante resultará contratar un seguro que lo proteja. Así que, la cuestión es: ¿Cuánto peligro estás dispuesto a asumir con tu televisor nuevo?
¿Qué debes mirar en un seguro para televisores?
Quizás estés pensando en que tu televisor ya viene con dos años de garantía, pero eso sólo cubre reparaciones en caso de fallos de fabricación. No te cubre roturas, caídas, desperfectos por accidentes, robos, etc.
Puede que también pienses que, si le pasa algo, ya lo pagarás tú, pero debes tener en cuenta algunas cosas. Para empezar, la reparación de algunas averías puede resultar bastante cara, como la de un aire acondicionado (si quieres saber si los seguros cubren los aires acondicionados, lee nuestro artículo aquí). Y, por otro lado, hay muchos accidentes que no tienen reparación posible, lo que supone un siniestro total del televisor.
Para que no tengas que preocuparte por nada de lo que le pase a tu nueva tele, lo mejor que puedes hacer es contratar un seguro específico para ella. Lo bueno de este tipo de productos es que son bastante económicos y que suelen ofrecer muchas facilidades para elegir cuándo dejar de abonarlos.
Debes vigilar que el seguro del televisor cubra todo lo que te preocupe, pues suele haber varios escalones. Los hay que, en su variante más básica, se limitan a reparaciones y poco más. Si te interesa cubrir todo tipo de accidentes, más indemnización en caso de rotura irreparable, robo, hurto, etc… entonces debes optar por la versión superior del seguro.
De todos modos, incluso en el caso de los seguros para televisores más completos, el coste está entre los 9,95 € y los 19,95 € al mes. Depende del valor total asegurado, claro. Algunos de ellos te permiten incluso asegurar dos dispositivos más con la misma cuota (por ejemplo: smart TV, smartphone y tableta), lo cual aporta mucha tranquilidad.
Conclusiones: ¿compensa contratar seguros para televisores?
Aquí, como en casi todo en la vida, la respuesta es: depende. Depende de cuánto riesgo te apetezca correr con tu televisor nuevo, de cuánto te haya costado y de lo grave que sería para ti la pérdida del dinero invertido por un accidente tonto.
Como decíamos al principio, los televisores de hoy en día son extremadamente delicados y costosos de reparar. Ya llevan en su interior tanta tecnología como un ordenador y sus pantallas no suelen tolerar ni el más mínimo golpe. No serías el primero al que sus niños pequeños le destrozan la tele en un descuido.
Respecto a la relación coste/beneficio, sin duda, los seguros de televisores son productos muy a tener en cuenta. Con tan sólo un accidente que te solucionen, estarán sobradamente amortizados. Sin embargo, aparte de eso, su mejor servicio es tener la tranquilidad de que, pase lo que pase, nada podrá evitar que sigas disfrutando de tu televisor favorito.